domingo, 1 de noviembre de 2015

El peso de las elecciones

Un 1 de noviembre hace 15 años amaneció con un clima igual al de hoy, lo recuerdo perfectamente a pesar de ser una fecha que he tratado de olvidar, tenía 20 años y tres días antes los acababa de cumplir, estaba a punto de protagonizar mi primera película, catalogada entre los géneros de, terror, drama, comedia, humor negro, documental, en fin, el peor filme de todos los tiempos, yo, la actriz principal, era conocida como, la que había metido la pata hasta el fondo; ya tenía el vestuario listo para la primera escena, lo confeccionó mi madre, un lindo vestido beige, el color de moda para las novias de apuro, me llegaba hasta la rodilla, sin mangas, menudito y con un lazo de cinta raso entre el busto y la barriga de 6 meses que me acompañaba, con una mocosita a la que no le tenía ni el nombre, medias nylon para señoras y unos zapatos dorados de lo más incómodos a pesar de que solo tenían un tacón de 5cm, siempre caminé con los de 12, sin problema iba sobre nubes y me equilibraba mejor, supongo que esta vez llevaba el peso de las elecciones a cuestas sin olvidar a la mocosita que aparte de crecer, pateaba, manoteaba y hacía de mi vientre una pistita de break dance. 
Avanzada la mañana fuimos a un salón cerca a mi departamento, me hicieron un manicure francés y mientras me peinaban con un moño de acuerdo a la ocasión observaba mis uñas pintadas así por primera vez, podía ver mi futuro en ellas, no era igual a ninguno que pude haber imaginado antes, hicieron que cerrara los ojos para lanzarme la laca extra fuerte que mantendría aplacada mi frondosa cabellera que quedó reducida a un diseño clásico de peinados para bodas civiles; Mi reflejo ante aquel espejo de techo a piso sería el de mi primer personaje, sin sonrisa inicial, las lágrimas no eran ni por un poquito de felicidad, achinada por la hinchazón del llanto y por la encementada del cabello estirado en las sienes, apretando los labios para no llorar más, exhalé la última bocanada de aire que me quedaba con rastros de la esperanza puesta en que alguien me rescataría de aquel lugar, sin más saqué el dinero para pagarle a la mujer que me dejó así, presentable, quiso corregir el maquillaje que dañé por andar de llorona pero no la dejé, no podía un segundo más verme reflejada de la manera que nunca ni despierta ni dormida me soñé.
Mi mejor amiga Andrea me acompañaba, yo la miraba y pensaba en que si le pedía ayuda para escapar ella lo haría, cuando salimos del salón observé hacia las esquinas de las calles, lejanas todas, pensé por un segundo en que si corría apenas llegaría a unos cuantos metros antes de que me tackleen, caería de panza con la mocosita adentro, pues mi madre ya estaba afuera esperándonos con la mano en la cintura, signo de que nos habíamos demorado; otra vez el pensamiento de fuga cuando tomamos el taxi para ir a la boda, Andrea y yo salimos tarde por lo que extendimos la mano a cualquier auto en movimiento, enseguida se estacionó un tipo en un Lada muy viejo igual a él, de ojos hundidos y mejillas que parecían embudos que se le formaban por la delgadez, digno conductor de un coche de camino hacia el infierno, era de los que pretenden no entender cuando se les dice a donde debe ir, así que no arrancó enseguida si no que se quedó pensativo hasta organizar las calles en su cabeza, las dos ya instaladas en el asiento vino tinto de cuero roído que rompió mis medias de señora, nos mirábamos alzando las cejas, yo con la misma incertidumbre de si pedirle ayuda y ella pensando en que llegar tarde no era tan grave pero que igual le daría un golpe en el hombro para que el tipo aterrice, ahora fue mi decisión no decir nada, en las anteriores siempre estuvo mi madre detrás para que yo desistiera de la idea de fuga, pero esta vez callé porque me imaginé a la mocosita sin padre, con una madre de 20 años y tres días y la historia de que huyó en un Lada viejo el día de la boda con las medias rotas, con los zapatos dorados más feos en la historia de los zapatos feos, un vestido hecho en una noche por su madre para que desista de la idea de casarse con ese Jean celeste con rotos en las rodillas que ya no le cerraba en la cintura y la única camiseta negra que le cubriría la barriga y que no combinaría con el moño alto ni el manicure francés... por segunda vez no diría nada.  No estaba lejos el sitio que se celebran los matrimonios así que tuve poco tiempo para pensar en lo que podría pasar si me decidiera por una cosa o la otra, la distorsión de los edificios con la velocidad y el vacío estomacal era inevitable.  De pronto el tipo estaciona y yo con las ganas de gritar cualquier cosa creo que solté una mala palabra, de esas que mi mamá no me deja decir. -Si las dejo aquí pueden caminar una cuadra y llegan más rápido, sino me toca dar la vuelta a la manzana y me tardaría más, nos dijo el taxista mientras nos dejaba ver sus largos dientes grises y movía la cabeza como diciéndonos que lo segundo que mencionó jamás lo haría, por lo que nos bajamos, dispuestas a caminar esa cuadra hasta el sitio donde aguardaba mi novio y padre de la mocosita, mis zapatos dorados eran algo que no podía controlar, se me resbalaban con las medias de señora color piel, arrastraba los pies como caminando al matadero, sentía que el lazo de raso me apretaba el pecho, Andrea me llevaba de la mano, sabía que no podía correr, más bien, sabía que quería correr pero para otro lado por lo que bajamos el ritmo cada vez más, los últimos pasos los dimos por inercia hasta llegar a la oxidada puerta del registro civil. 
No veía a nadie que pudiera conocer, y ahora sí qué ganas de decir, bueno, esto ha sido todo por hoy, no ha pasado nada y calabaza calabaza... Pero al poco rato llegaron mi madre, mi padre y mis tías, unas que no veo nunca y que seguro vinieron para ponerle apodo al novio y recaudar información para tener tema de conversación en la siguiente Navidad.  Luego llegaron los padres del novio, hermanos, primos, cuñados, amigos, pues tenían la idea de que los de mi apellido eran peligrosos; alguna vez escucharon que un Heredia mató a un tipo y reclamó sus tierras y ahora son dueños de medio pueblo y unas cuantas montañas en una zona que nadie recordaba donde era. Pero por si el rumor era cierto hicieron un llamado a la montonera, cuando lo mas peligroso allí era la lengua de mi tía.
El único al que no veía era al novio, alguien me dijo que tuvo que recoger unos papeles que pidieron de último momento y dijeron que si no aparecía hasta las dos de la tarde el matrimonio era imposible, yo con una sonrisa que no podía disimular pero que me duró poco porque al final llegó faltando sólo 5 minutos para el límite impuesto, yo estaba sentada en un muro de cemento, con mis pies juntando piedritas y los zapatos dorados tirados a un lado, esperando lo que no quería, con la mocosita dormida en el vientre y sin dejarme ver cuántas piedritas había juntado. 
Yo lo miré, pero como sería de hoy en adelante, él pasó de largo sin siquiera regresar su cabeza hacia mí, tenía que entregar los papeles para cumplir su responsabilidad, no hay tiempo para asombrase por la novia, su deber era responder como se lo había enseñado su papá, iba vestido de gris, con un buzo que yo misma le vendí y que ya se le notaba el uso frecuente, un pantalón Jean negro con el mismo que lo conocí, unas botas que a su metro ochenta y ocho le aumentaban 3cm más, su cabello despeinado y que era más largo que el mío al que solo le hizo una coleta y que aprovechando la lluvia que lo aplacó un poco. 
Luego de dejar los documentos en la ventanilla 2, ir a la 3, pasar por la 5 y regresar a la 2 a hacer lo que no pudo hacer en la 5, le dijeron nos atenderían al final, así con la cara de pelea campal con la burocracia, regresó y me dijo hola, seremos los últimos.
Efectivamente, la siguiente escena estaba lista, esta película se seguiría rodando sin director, nadie sabe quién debe decir la primera línea, o quien debe gritar el "me opongo" supongo que por eso nadie lo dijo, la parte de las firmas fue muy rápida, todo el que iba siendo llamado iba y cumplía, nosotros los novios dando la espalda a la gente y de frente a un tipo que nos advierte lo que se viene, estoy segura que si fuese al contrario, es decir ver la cara de nuestros conocidos antes de dar el sí, es probable que podamos reconocer el error, no lo sé, es probable, aunque con la novia y 6 meses inocultables de gestación si era o no un error a nadie le importaba.
Lo siguiente fueron las fotos, como fuimos los últimos el fotógrafo se mostró apurado, y lo más seguro es que estaba harto de ver una parejita tras otra entrar a la sala siendo seres únicos y salir de una especie de fábrica de ensamble, con la diferencia de que con la pieza a la
qué lo unen, la escogió uno mismo, en nuestro caso y ya digo nuestro porque hemos firmado sin más remedio el papel que nos ha ensamblado, nos hizo tomar de las manos y dijo sonrían y que parezcan felices, luego nos pidió que nos diéramos un beso, a lo cual aspiramos que se contente con un roce de labios pero el fotógrafo seguro de su profesión no aceptaría reclamos luego de reveladas las fotografías de que como fue capaz de aplastar el disparador sabiendo que la foto sería terrible, así que nos pidió un beso otra vez pero advirtiéndonos que parezca de amor, las siguientes dos tomas son de rigor con los respectivos testigos y luego con los asistentes que en días posteriores tendríamos la oportunidad de ver las escasas sonrisas de los presentes, mejor dicho, ninguna, excepto la mía que parecía pero que más bien no era, esto más tenía pinta de velorio, y si, se nos murieron a ambos las oportunidades, esto solo era el deber cumplido, lealtad a las enseñanzas de la madre, alguna cosa con la responsabilidad, y nos contentábamos con decir que todo sea por la mocosita.
Todo fue planificado muy rápido para evitar el escándalo, se quedaron muchas cosas en el camino, no hubo anillos, no hubo fiesta, no hubo luna de miel y peor noche de bodas, a la final el pastel ya nos lo habíamos comido y estaba por nacer... 
Ahí estaba yo otra vez, la del intento de fuga, ahora mental, porque físicamente seguía allí, yo vestía una camisola verde menta, no lo culpo si no quería mirarme, era horrible, y por supuesto si no lo hizo cuando estaba vestida lo más parecida a una novia enamorada, mucho menos lo haría ahora, yo aun tenía el cabello tieso por esa laca de baja calidad pero bien efectiva que si era, el esmalte de uñas me lo fui sacando con los dientes, las medias y los zapatos dorados fueron directo a la basura, fui al baño, recuerdo haberme quedado sentada en el piso, la espalda contra la puerta por si se le ocurría entrar, estuve allí hasta que mis nalgas estuvieron tan frías que ya no las sentía como mías, comprendí que el jamás me buscaría, por lo que decidí salir, creí que estaría dormido pero estaba concentrado en el reprise de un partido de fútbol que ocurrió justo en el cúmulo de horas que nos tocó esperar, a la final  venía siendo el mismo estado de insatisfacción. Odié tener que acostarme del lado izquierdo de la cama, cubrirme con unas sábanas que no eran mías pero que en adelante sería mi deber ordenarlas y como anticipé, no pasó nada. 
Supongo que por falta de director se excluyeron las escenas de sexo, pero resultó que eran falta de ganas, cuánto duraría esto, se acostumbra uno? Quién seguirá pagando por nuestra hambre temprana.
En tan solo dos meses después fuimos tres, complicaciones de todo tipo para que la mocosita nazca, el combo venía con complicaciones automáticamente recargables por si se terminaban antes de tiempo.
Ahora yo, ya no era yo, era la señora de alguien, con 30 kilos más, unos cachetes que se me salían del contorno de la cara, usando ropa XL mientras guardaba en el olvido la XS, la piel marcada por sendos caminitos que eran como tocar los canales de un cartón corrugado, mi ombligo ni siquiera estaba donde lo tenía hace pocos meses, y mis ojos se habían transformado en una línea, porque del sobre peso, 10 kilos le tocaron a mi cara y sumadas las malas noches como madre, recordaba la visión que tuve cuando vi mis uñas con manicure francés y era mínima ante la realidad tangible de este momento. 
Cuanto más podría soportar que la película de mi vida continúe siendo el peor filme de la historia, el guionista nos mantenía en diálogos hirientes con público infantil en los alrededores, los productores nos dejaron morir, y es que la historia desde el principio relató un final, 10 años duró lo que forzado empezó y ahora 15 años después en medio de la misma lluvia he vuelto a caminar sola con el peso de mi elección. 


miércoles, 28 de octubre de 2015

Versión a la plancha de encuentros fortuitos

En esta ciudad que ya no es mía, 
Cubre tu niebla mi niebla del espacio de mi no lugar, 
Lejos de mi cama te metes en ella 
Solos, entre un millón de megabytes
Calculas la compleja ecuación de los husos horarios para conectarnos en el albar de nuestro reflejo
Sigue mi mirada que no te mira, que te muestra el camino que mis manos como tuyas deben seguir, 
Callas para sentir mi piel en la piel tibia de tus yemas húmedas por el sudor detrás de mi oreja, 
Reclamas besos de boca abierta, siempre pidiendo que se abran más, Pero se empañan tus lentes cuando subo 10 puntos al calor de tu pecho, 
Sincroniza otra vez tu ángulo al mío, Puede ser que esta vez te ate con mi red de arañas leopardo pequeñitas, diminutas, que tejieron la puerta de este mi infierno al que solo mirando quieres entrar.
Fotografía: Roberto Girardi

Relación peso, nombre y efecto

 La única vez que pronunciaste mi nombre con todas sus letras fue para decirme que no tenías nada que ofrecerme, 
tampoco harías nada que me hiciera creer que caminarías de mi mano por senderos de aguas amargas o peor, nada que pague mis cuentas, monetarias o morales... 
Sin embargo, en el micro espacio de mi burbuja inundado de tu presencia, 
el precio de mis días sirve por tres de mis días mediocres, 
mi aval, por si alguna vez le dan valor a las veces que se respira con tal tranquilidad que el aire llega hasta el último rinconcito lleno de telarañas y monstruos de alcoba; 
Así es como imaginé querer, amando la sola intención de que vayas a decir algo por nefasto que fuera, 
que aunque no me busques yo te encuentre, 
que respires el mismo aire arriba de la línea al horizonte de mi ombligo, 
y que en alguna ocasión me mires, y esta vez pronuncies mi nombre completo para reclamar mis ojos como tuyos. 
Ilustración: Benjamin Lacombe 

sábado, 10 de octubre de 2015

Introspección de una mujer X

Yo soy aquella que lleva tres perfumes al salir de la ducha, de las que confía en el aceite de almendra detrás de las rodillas, soy la clase de mujer que el sudor le recorre por la mitad de los senos cuando estás on line, la que se relame los labios antes de bajar del bus por si aparece un príncipe en la puerta que quiera besarme, de las que se ilusiona en medio de la desilusión más putrefacta, de las que arrulla a las mariposas del estómago cuando las despierta cualquier pseudo artista al que aplaude solo su madre, de las que delira poesía erótica mientras camina por veredas empinadas, por el jadeo, me imagino; yo soy aquella mujer que aprueba la sumisión a nuestro propio pensamiento, de las que rompe los hilos cuando empieza a ser títere de un magnate con filtros para lucir bien, la que lanza miradas con el ánimo de ofender, la que se pinta las uñas magenta cuando hay que arañar espaldas nuevas, la que escribe lo que le gustaría leer y no encuentra, de las que detesta describirse porque las cualidades las llevo enredadas bajo la piel y sacarlas duele, soy y seré lo que jamás terminarás de conocer. 
Ilustración: Camila Al revés

domingo, 4 de octubre de 2015

Buscando un título en la caja de herramientas

Vestido de gris, el color de los hombres sin nombre, 
sombrero, reloj sin minutos, 
los codos rotos que le impiden dar de comer a los cerdos que imagina tener, sensible, 
lee restos de un periódico viejo, odia lo nuevo, escribe, 
recibe estímulo de los dioses que renunciaron al cargo, 
salió de la mezcla de un hombre cualquiera y una mujer nacida en solsticio, 
es un aliado del tiempo, 
caminante de atmósferas que traspasan puertas a otros mundos, aparece entre una luz flotante que enseguida se cubre de polvo, 
esta vez mi halo está en su paso, llega, 
abre su boca de grandes labios corazón, 
se acerca y me mira con los ojos del alma, 
la misma que conocí cuando supe de su existencia, 
la que me cambió el aire con ausencia de hidrógeno, 
se alimenta de mí y recoge mis momentos, 
cualquiera de esos que haya trazado un abismo frente a mis pies, 
las yemas de sus dedos entran en mis hombros y liberan el deseo que se empantanó en mis clavículas, 
respira y me eleva hasta la altura de su pecho, 
encanta mi aura con la gravedad de su sonrisa y en la calma raya mi espalda escribiendo el fin de mis días. 

sábado, 3 de octubre de 2015

Alfiletero

Estoy a horas de conocer una historia, una muy distinta a la que viví en este mismo instante hace unos días, las últimas miradas entre complicidad y lo que parecía amor, a minutos de recibir el último beso, a segundos de que el hasta mañana se convierta en hasta nunca.  
Ponemos las agujas en el fino hilo de las esperanzas, para que un jamás se convierta en un de pronto y hacerlo muy parecido a un para siempre, pero la ilusión es una puerta y la realidad es el viento, cuando menos lo piensas sopla fuerte, machuca tus dedos con tal fuerza que volver a entrar se hace imposible. 
Las mentiras te arrancan el aliento desde el ombligo, una sola vez pierdes la fe en la vida, un cuchillo de pan corta el cordón de la confianza y morirás creyendo que es mejor no creer.

Simple es el camino cuando no amas. 


Australia

Aún recuerdo la Australia strawberry de tu ombligo, tu sello, la que otras llaman mancha y para mí es una ambrosía, en perfecta sincronía hoy combina con mis labios rojo puta aroma coco escarcha, puerta del sin fin de gemidos provocados a través del frágil panel brillo medio contraste 100 de mi ordenador, la semántica de tu voz se acomoda lenta con la imagen estática de distorsión pixelada, parpadeos que detienen el tiempo, este tiempo que dice que estamos equivocados en las coordenadas que nos permitió vivir, viajamos paralelos mientras las falsas expectativas miran de reojo el culo de la ilusión, quedamos de acuerdo en vernos, en otra vida, en otro tiempo, en otro momento que esa línea en la que viajas choque con un asteroide y gire tu camino hacia mi.



miércoles, 3 de junio de 2015

O Ñ E U S I M

Soñé que tenía una rata por mascota
no cagaba, ella sólo vomitaba
pero muy educada lo hacía en una caja de arena
total, su disfraz gatuno se lo tomaba muy en serio

Ciertamente mi vida debe ser un caos
para que los sueños caminen hacia atrás
que me muestra que amo lo feo
que lo feo por más educado que parezca
siempre será el revés de lo que en realidad quiero

viernes, 20 de marzo de 2015

13 y contando

Allí está ella, 
en medio de la nada
en el centro de todo
a sus trece años cada palabra es inapelable
retinas de odio
candado en su boca
sueños de niña poseída por el ansia de ser grande
pensamientos que ruedan en asfalto negro
pisa el fango con sandalias de flores
lleva la prisa de un violín entonado con el éxtasis de Paganini
no espera las próximas 100 gotas de lluvia sobre su rostro
las embiste con la rabia de un puma hambriento, 
acelera, me mira, acelera otra vez 
abre sus mandíbulas 
yo detrás intentando justificar mis decisiones
-deja que me moje mamá!!- 
con una mirada amenazante aleja mi paraguas verde limón
se aleja, se vuelve mujer.

Mentirosos

Tan pronto me miras con esa cara de sinverguenza sé que me vas a mentir, tomas aire
y empiezas a hablar de corrido casi sin respirar hablas y hablas siguiendo el hilo de la historia que tardaste mas o menos 10 minutos en armar, mueves las manos en un acto ya planeado, estiras mucho la boca en las os y en las us, seguramente no comiste nada en todo el día y eso te hace la cara mas flaca y lánguida para completar el teatro, entonces al final respiras fuerte y sueltas el infaltable "te puedo jurar por lo que quieras...".  Soporté cada sílaba con ese mal aliento que invadía los 50 centimetros que nos separaban, debió ser por lo podrido de las palabras, y como típica mujer de poca fe, miro al piso, pestañeo dos veces muy despacio para aumentarte la tortura, porque a ese nivel llega mi maldad, es decir, 4 segundos y un palmo de estupidez, y contesto con un profundo y verás, te creo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Anuncio para corazones solitarios

Niña verde rosa lila, busca un corazón violeta magenta o mandarina, para relación seria en tonos sepia y combinar con las oxidadas palpitaciones de nuestras vetustas máquinas de amor; dispuesto a darme flores azules todos los lunes y un beso francés todos los viernes, que me acompañe en mis días grises y que en los negros destelle color de lejos pero sin dejar de mirarme por la ventana de vidrio espejo, que en la tarde naranja regrese a mi sin importar la mezcla de emociones que le produzcan las de piel pálida, que en las noches me invite a bailar en la mitad de la cama hasta que nos salgan rayos de luz ultravioletas de los oídos, y mis ojos brillen como dicroicos, que nunca suelte mi mano de pulseras neón, y mantenga mi aura con olor a hierba con fresco de lluvia; yo prometo pintarme las uñas de rojo... un tanto fucsia, un tanto nacar, leer las historias de sus dedos algodón, recordar el variante tono de sus ojos cuando está bajo el sol o cuando está bajo la luna, brillar el plomo de las canas de su barba y amarle hasta que nuestra paleta  candy sweet nos mate de un mentolado ataque con chicle bomba.

Madre águila

Cuando una es madre, 
deja a sus hijos volar...
Y si regresa con un ala rota, 
lo recibe, le cura el ala 

y lo deja volar otra vez. 

Ilustración: Chiara Bautista

Pescado no filete

Tuve una amiga que, cuando estaba con su novio su mirada cambiaba, ya no importaba el exterior, las personas se disipaban, desaparecíamos para ella.  
Ella contemplaba el movimiento de sus labios cuando él hablaba, lo miraba fijamente como si aparte de escucharlo también descubriera el brillo de las palabras que salían de su boca, tal vez las veía dibujadas, tal vez les ponía color, tal vez sentía que podía acariciarlas con las yemas de los dedos si se concentraba, ella esbozaba una leve sonrisa, relajaba el entrecejo y daba un pequeño suspiro al final.  
Su novio había ordenado un jugo de naranja...

Cuando caminaban por la calle ella sentía que iba al lado de un caballero, un príncipe, un héroe, siempre apretando su mano, llevándola a paso largo rápido muy rápido, como flotando en el agua iban, ella corría para mantener el ritmo, aguantando el dolor de sus tacones, como si fueran a un baile de la corte imperial.
Su novio no quería llegar tarde al fútbol...

Un día salimos a comer, ellos dos y yo, ellos; y yo.  
Mi amiga odia el pescado y el lo pide, a el le gusta el pollo y ella lo pide, yo ordeno filet mignon. Mientras acuchillo mi filete, estoy en una función especial de el día de los enamorados versión 2.0 solo para valientes, supongo que así debe ser...  pienso... supongo que ya estoy grande para estas cosas... sigo pensando, supongo que me acostumbré a estar sola... mejor dejé de pensar.

El novio quería diversión, diversión a costa de ella cuando la obligó a comer pescado y rió a carcajadas a causa de su malestar, yo de espectadora, ella ya invisible y él con su indignante manera de conseguir felicidad...

La devoción hace perder la noción, hay que enamorarse si, pero sin dejar de ser nosotros mismos nuestro primer y único amor.  

Mi amiga ya no lo es más, pues está muy ocupada haciendo la tesis, no la suya, la de su novio...


Y yo pues, escribo sobre ex amigas.

Demonio blue


He tratado de disimular la locura con un corte de cabello para gente normal, me limo las uñas bajito hasta dejar la carne rosa, no uso joyas, solo una tobillera tejida que algún día caerá por el peso de las mentiras, no miro a nadie por mas de tres segundos, y para no ser tan obvia nunca me pongo las manos en la cintura... Aún así, los acechadores, mi  madre, el perro, los malditos quindes mientras vuelan,  analizan el contenido y descubren mi realidad; bruja encubierta, peleona de gallera, fosforito y lija, inteligentemente torpe, boca sucia, manos limpias, corazón lleno de carajos, todo un desperfecto.  Explota la burbuja tornasol, y en ese ataque endemoniado de lenguas, me doy cuenta que respiro y hablo, camino y miro, abrazo y amo, sólo cuando tengo mi cabello azul.

La infame búsqueda del ser


Levantarse adolorido, caminar con un piano de cola en la nuca, el bus, tolerar el tráfico, caminar dos cuadras más hacia el trabajo con paso lento y en posición de Cuasimodo; llegar, prender el computador, fb, cero notificaciones, cero mensajes, cero solicitudes, la vida es miserable...! 
Llega la señora de la limpieza, mientras barre mi oficina me dice "hoy estoy contenta, mi hijo ayer hizo una sopa", yo me contento con ella.  (Este niño hace un año y un mes fue diagnosticado con un tumor cerebral, fue operado, a los dos meses el tumor reapareció, los médicos no han podido operar este segundo tumor, quedó casi ciego, desfigurado, el tumor está detrás de la zona ocular y su nariz por lo que respira con dificultad, con su ojo derecho no ve nada, con su ojo izquierdo tiene una visión del 10%, tiene la misma edad de mi hija, 12 años, ingiere 27 pastillas diarias, sueros, jarabes y menjurjes, el dolor que yo sentí en la mañana, él lo siente todo el tiempo e intensificado, vive un infierno 24/7) e hizo una sopa y su mamá es intensamente feliz, entonces llego a la conclusión que la vida si es miserable, pero, unos la luchan y otros nos dejamos ganar. 

Madre no madre

18 días, tercer sábado,  mis ojos ya no diluvian durante el día, las lágrimas se hacen presentes solo en las mañanas y por las noches, cuando comienza el día se siente bien el despertar tranquilo, aunque es extraño, habría jurado que hace 18 días escuchaba a los pájaros trinar -tal vez se aburrieron- todo va normal hasta que aliso mi cabello, levantar la cabeza hacia el espejo y encontrarme con mi propia mirada, acusatoria, apenada y casi muerta, es inevitable, la boca y las manos me tiemblan, intento respirar pero el aire es denso, y ya luego son los mocos los que obstruyen mis fosas nasales, hay días que puedo seguir peinándome mientras caen no menos de 5 lágrimas, otros no, debo soltar el maldito aparato, llorar como niña berrinchosa, lavarme la cara y continuar, es igual, todas las lágrimas duelen igual. 
Por las noches es distinto... por lo menos no tengo que encontrarme con mi cara, con esa cara de culo que me deja la última llamada que le hago en el día para no olvidar su voz, para que no se olvide de la mía diciéndole te quiero, así llego a mi casa, a veces ya con una lágrima que se escapó en el trayecto, por suerte mis gafas son oscuras y ya aprendí a secarme las mejillas disimuladamente.
Abrir la puerta no es difícil, entrar y cerrarla y luego escuchar, escuchar que...? no se oye nada, silencio absoluto, camino rápido para hacer ruido pero nada, si me detengo vuelve el silencio, se me cruza por la mente cuantas veces deseé esto, supongo que fueron muchas pero fue porque no sabía, se los juro que no sabia, que si el ruido desaparecía yo también lo haría. 
Hace 18 días subo las gradas azules de mi casa de cara hacia ellas, pensando en no se qué cosas, cosas que no me hagan llorar cuando llegue a mi cama, mi cama que está tal como la dejé, limpia, fría y sin gracia. De cara al techo las lágrimas se van por las orejas así que este episodio de llanto no dura mucho tiempo, más yo siento que el vacío se comió un centímetro más de mi alma. 
Un amigo fue capaz de captar mi mirada vacía, debo verme como me siento supongo, la descripción más parecida es que me arrancaron los órganos quedando sólo la piel, sin aparente magulladura pero rasgada por dentro, "tardará en sanar" dice mi amigo, no lo sé.  Que puedo saber yo, si mi cuerpo lo único que logra producir son lágrimas, ahora por lo menos con un horario mas aceptable.
Espero el día 19, es domingo y tal vez  pueda ver el color de su boca mientras me habla, prometo no llorar. (Con los dedos cruzados porque seguro lo haré)  
Hasta que llegue el día 20 y el espejo en las mañanas y el techo por las noches sean los únicos que saben cuanto duele volver a estar lejos.