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Su carta no era más que una infografía aburrida
Garabatos mal hechos que solo ella podía entender
Recuerdos de tardes grises que vio en fotos de otros
Con esa envidia por ojos que han visto París
Ya nada calmaba su tristeza
Ni las vidas inventadas cuando se miraba por horas en un espejo de aumento que la hacía sentir gigante ante los que la ignoraban y que cuando lo cerraba lo hacía con tal fuerza que el mundito inventado se destruía todo allí dentro
Los fantasmas siguen allí y se han sentado junto a ella
Pero donde están ellos no pasa nada
No se hunde la cama
No se ondula el aire con su calor
Tampoco sienten el olor de aquel perfume comprado por catálogo
Mezcla de lunas menguantes y saliva seca
Nada los despierta de su letargo de muerte
Lola entendió que no quiere ser una afonía
Que la quimera es renacer
Dispuesta a volverse algo
Se puso un vestido blanco que lastimaba su cintura
Porque volver a existir requiere sacrificios
Recoge los dolores
Las cargas
Los valores impagos
Se quita de la espalda el mundo de miradas que guardó para devolverlas con un fusil
Desata el sin fin de nudos que hizo día por día con sus dedos cansados de caminar
Y espera el murmullo de la conciencia
Que se construye en base de un ruido ajeno
La cortina roja empalidece con la intensidad del sol entrando por su minúscula ventana
Después de mucho tiempo ponía a funcionar sus rodillas
Oxidadas por la humedad que recorría sus piernas
Producto de la fuga de acuarelas con las que se pintaba las uñas de sus pies inútiles
Se limpia las costras que cayeron en sus muslos
Resultado de esa herida en la nariz cuando intentó sacarle la frivolidad de un te quiero a su último visitante
El cabello en una enredadera mortal
Una nube nocturna que camina sobre ella
Y que se sostiene en las patillas supra desarrolladas de sus sienes palpitantes
Salió sin zapatos para sentir la corriente entrando por sus dedos de cuando encuentre su destino
Dejó todo
Excepto su corazón de repuesto lleno de antracita
Con la fogatita interna que los fantasmas se negaron a apagar
Ya por las veredas arrastraba lo que quedaba de ella
Aligerada su vida de sus pesados pensamientos suicidas
Solo resta esperar al instinto aglutinado en sus pies
Ya no confiaba ni a donde la llevaban sus ojos
Que para lo único que le servían ahora era para no pisar mierda
Detuvo su paso ante una grieta en la acera
Hecha por una raíz que se abrió camino en el asfalto
Un rizoma único
De un brillo irreal y torcido
Al que se le interpuso el cemento y de pura venganza lo rompió
Justamente lo que ella hubiese hecho si no fuera tan cobarde
Lo pisó y sintió las palpitaciones de tres corazones ahora en llamas
Su nido estaría en las ramas de aquel árbol pensó
En el primer pasó desnudó su hombro
Para el tercero ya su ombligo recibía el aire
Iba con una mano sosteniendo su pecho límpido
Con la otra estirada hasta sentir que tocaba una aurora boreal
Pero a su árbol genealógico lo han vuelto un pretérito
Interponerse en el camino destinado a los humanos le costó que el sentido común cambiara su naturaleza
Lo han cortado
Lo han vuelto nada
En su delicada carta de despedida
De márgenes anchos y pocas explicaciones
Había dibujado un brote de menta
Que en su cabeza se hizo una figura animada
Poco le importaba como desconfiguraría la carne
Como moldearía el hueso
Bella
En su desnudez toda silvestre
Decidió acostarse en la cepa
Se ha convertido en cenotafio vegetal
Un dolmen inmemorial
Ella esperó pacientemente a la fusión
La metamorfosis
El renacimiento...
